jueves, 23 de octubre de 2008

Capitulo III - ¿Dave?

Lo veía y no lo creía, es decir: ¡aún seguía ahí! Era increíble, ésta vez, no me sorprendió del todo, pues al menos ya había tenido cierto contacto con él, pero seguía con la duda si era o no era mi imaginación, él con sus tremendos ojos muy contentos y sorprendidos agregó –¿Qué haces desnudo? –y una baba salía por su lado derecho de la boca. Y yo intentándome cubrir pregunté qué hacía en mi habitación –¡Pero por favor! ¿Has visto la hora al entrar? Ya son las nueve, llevo horas despierto –y luego arqueó sus ojos como dos arco iris –pero no te quedes ahí parado, ven, ven –me decía mientras jaloneaba uno de mis brazos ya puesto en pie para llevarme a otra parte de la casa. Me solté y corrí hacia una gaveta a ponerme bóxer y playera cómoda; y luego lo seguí y por el camino pensaba en cómo era posible lo que hacía tiempo estaba ocurriendo, y pensando que era alguna cuestión de mi imaginación, le hice caso; me llevó a la cocina e hizo que me sentara en una de las altas sillas del desayunador –has de traer hambre –mencionó mientras abría las gavetas de los muebles de la cocina –cuchillo, pan, tomate, jamón, un poco de pollo… -mencionaba entre dientes mientras iba sacando todo mágicamente de las gavetas y del refrigerador. Cuando lo puso frente a mi para cocinarlo, noté que todos los objetos que había puesto frente a mi eran caricatura. Luego me vio fijo a los ojos y los achinó tanto como pudo, hasta quedar como un asiático y dijo –a esto, le llamo: Comida Rápida –y señalando sus dos ojos con dos de sus dedos y luego posándolos sobre los objetos caricaturescos sobre la mesa agregó –observa –elevó su brazo derecho lo más que pudo y luego lo dejó caer sesgadamente como si fuera un cuchillo y empezó a mover sus brazos y manos de un lado a otro a una velocidad increíble y una caricaturesca nube blanca flotaba frente a él y muchas estrellitas rodeaban la nube como si bailaran alrededor de ella, aparecían más de dos brazos del muñeco por todas partes de la nube y en diez segundos había un plato de comida que se veía delicioso frente a mi y el sonrió agotado. Yo con mis ojos sumamente abiertos y boquiabierto agradecí y le dije –veras… te agradezco, en serio. Pero… esta comida… es… caricatura, y aunque no la he probado estoy casi cien por cierto seguro que sabrá a puro papel, así que si me disculpas… pues… prefiero preparar yo lo mío. ¿Te parece? –y el torciendo su rostro mencionó que yo era un mal agradecido y que estaba bien por él que comiera lo que se me antojara la gana. Fui al refrigerador y tomé un jamón real, un pan real, una rebanada de queso real, y me fije bien que todo fuera real, y nada de caricatura. Me preparé un sándwich y me senté a la mesa a comer, mientras tanto el dibujo animado me observaba todos los pasos que daba y estaba sentado frente a mi, con una mano recostada sobre la mesa, y con la otra se sostenía su barbilla y quijada, posando su mirada enamorada sobre mí. Yo comí, e intenté no verlo, aunque era casi inevitable, no es nada fácil tener a un ser que no es de éste planeta frente a ti, y que tu comas como si nada estuviese pasando. De vez en cuando lo observaba y él me sonreía coquetamente y con la mano que tenía posada en la mesa, la meneaba y sobaba la mesa con su dedo índice afeminadamente, lo cual me asustaba, pero me agradaba. –y… ¿qué hiciste hoy? –le pregunté al dibujo animado, realmente debí estar loco para preguntar eso a un producto de mi imaginación. –pues, nada, solo llevo dos horas de despierto, me alisté y he aprovechado a observar bien, bien la casa con luces encendidas, no siempre tengo la oportunidad de hacerlo, y aprovechando que tu familia no esta. –y yo asintiendo y sin saber qué decir pregunté –podría…darte un tour por la casa, si quieres. –y tomé un trago de jugo de naranja mientras éste se arrodillaba en la silla y casi se montaba en la mesa afirmando que sería una genial idea. Luego levantándome de mi asiento mencioné “buen provecho” manteniendo la educación y torciendo levemente una de mis cejas –ven –agregué para que él me siguiera, y siendo así lo llevé a mi habitación y me cambié mis zapatos a unas sandalias más cómodas y él con sus ojos muy iluminados abrió la boca –¡¿Saldremos?! –y poniéndose las manos en las mejillas en un gesto de sorpresa se volteó al mueble en el que yo tenía mi ropa, se quitó la que tenía y quedándose sin playera la arrugó y la hizo una bola de papel y la arrojó a la basura, abrió una gaveta y sacó otra playera exactamente igual a la que tenía de papel se la puso y su sonrisa se posó de oreja a oreja. A continuación, salí de mi habitación y él me siguió, bajé las gradas y lo dirigí hacia la sala –veras, ésta, es la sala. Aquí es donde recibimos las visitas, cuando es que las tenemos. –y él con su boca abierta y abriendo los ojos enormemente observaba detalladamente cada uno de los objetos que se encontraban ahí, veía la pecera de mi papá cuidadosamente y torcía sus cejas mientras se le enfrentaba un pez ángel –éste, me gusta, se parece a mi –y sonrió mientras pegaba su achatado rostro al vidrio y lo observaba con lujo de detalles. Luego se dirigió hacia el televisor y me preguntó qué había sucedido con los peces de esa pecera, yo le contesté que no tenía nada que ver con los peces, sino que era una televisión, para entretenernos; que ahí mirábamos películas, noticias y demás, él elevó sus dos cejas al mismo tiempo y asentía sorprendidamente –¿y cómo les da las noticias? ¡Ya se! ¿Se las da como el aparato ovalado con puntitos que tu hermana tiene para escuchar música? –y yo riendo un poco por su pensamiento y relación qué hizo entre el televisor y la radio contesté que negativamente y tomé el control que se posaba sobre la mesa junto al sillón de tres, encendí el televisor y él frente al televisor saltó del susto para atrás votando los arreglos que estaban sobre la mesilla del centro de la sala, se levantó de la alfombra rápidamente y se escondió tras de mí, en ese momento sentí un pánico, no sabía exactamente quién estaba más asustado, si él, o yo. Es decir: ¡Estaba con un dibujo animado! ¡Por favor! Entonces logré sentir cómo el muñeco de papel temblaba detrás de mí y de repente movía su cabeza hacia la derecha para ver el televisor y sus figuras. –tranquilo –mencioné y le expliqué que era como una radio, solo que aquí se verían las figuras de las personas de las que hablan. Lo volteé a ver y vi su linda cara con un poco de miedo, y me interesó saber que no sabía qué era un televisor, me preguntaba si habría visto alguna vez alguna otra caricatura y al preguntárselo contestó –¿Caricaturas? ¿Es alguna especie de televisor moderno? –y yo le expliqué lo que era una caricatura, lo que era él. Y él sorprendido casi no podía creer que habrían más seres igual a él, sus ojitos se le iluminaban como si estuviese encontrando alguna esperanza en su vida, y al saber que no había visto ninguna caricatura decidí colocarle una –veras, no se bien el canal de las caricaturas, pero de fijo puedo buscarlo, quiero que las conozcas –mencioné mientras cambiaba con el control remoto todos los canales –noticias, HBO, Cine Canal, ESPN, canal once, uhmm, trece… -y no aparecía el bendito canal de caricaturas, en lo que cambiaba de canales hubo un apagón, pero a los segundos volvió a la normalidad, luego otro apagón, y las luces nuevamente en instantes estuvieron de vuelta, otro apagón, las luces volvían y venían ahora, pareciera una película de terror, hasta que la oscuridad cubrió nuestros cuerpos e inundó la casa. –¡Ja-ja-ja! Muy gracioso –dijo el animé y me arrebató el control del televisor e intentó encender las luces apuntando hacia el techo, donde se encontraban los focos –¡Dónde rayos se prende la luz! –preguntaba presionando todos los botones algo desesperado, y le expliqué que el control únicamente funcionaba con el televisor. << ¡Genial! ¡Hora de ir a dormir! Quizás eso te quite la locura en la que has caído Diego >> pensé y a la vez se lo mencionaba al otro Diego de papel, subí las gradas con cuidado y me dirigí a mi habitación, la sensación de estar con un dibujo animado comenzaba a ser algo normal, no del todo, pero al menos ya no me aterrorizaba, aunque siempre existió el miedo de tener a un ser extraño caminando a mis espaldas siguiéndome hacia mi habitación. Entramos a mi habitación y la luz de la luna iluminaba mi cama y casi todo mi cuarto, porque las cortinas seguían abiertas. Justo antes de acostarme logramos escuchar los ladridos de Max, que seguramente ha de haber estado dormido en el patio trasero cuando llegué. Rasguñaba una de las paredes, parecía perseguir a una cucaracha y estaba a punto de entrar a mi dormitorio. –¡Hay no! –gritó el dibujo animado mientras reducía su tamaño a una regla de treinta centímetros y saltaba asustado sobre mi cama. Cuándo vi eso mis ojos se abrieron tanto como pudieron, y me sorprendí demasiado, fui hacia él y me aseguré de que fuera el mismo dibujo animado con el que había estado platicando, y sí, justamente era él que mencionaba preocupado que lo cubriera, yo corrí hacia la puerta y la cerré para que Max no entrara y luego me senté en mi cama mencionando que estaba a salvo y él volvió a su tamaño real, y cuando esto sucedió, quedó parado en mi cama y sus caderas quedaron frente a mis ojos, entonces fue ahí cuando ví escrito con mi puño y letra en la esquina inferior derecha de su ropa “Dave”. Fue en ese momento que vino la imagen de ese momento en el que lo hacía con tanto aprecio, y pensaba en su nombre: “Dave” influenciado por un actor de cine que me encantaba. ¡Era él! ¡El era Dave! ¡No Diego como me había dicho! Lo tomé de su playera para bajarlo de mi cama y exclamé –¡Eso es! ¡Tú eres Dave! –y él tomando asiento en mi cama preguntó a qué me refería, y conté de lo que había recordado. –¿Dave? –preguntó –¿Te refieres a la marca de mi playera? –y yo lo corregí confirmando que no era una marca, sino su nombre, que yo había puesto influenciado por un actor de cine en aquel momento. Y él con sus ojos abiertos y su rostro pensativo, parecía gustarle la idea de tener un nombre distinto al mío. –¿Dave? –seguía repitiendo a voz en cuello. Y luego parándose firme frente a mi, bajo la iluminación de la luna que atravesaba los cristales de mi ventana sacó un sombrero muy fashion y unos lentes oscuros retro, y torciendo su sonrisa comentó –saluden a: Dave. –se quitó los lentes y me guiñó el ojo muy coqueto. Creo que hasta yo me alegraba de saber su nombre, quizás era poca información y no contestaba a mucha de mis preguntas como de dónde viene, a dónde va, pero al menos, era algo. No era Diego, era Dave. Esa noche me entusiasmé y Dave también, y pese a la falta de luz, volví a mi armario y saqué todas las cosas que tenía para intentar recopilar más información, pero todo fue inútil. No había luz, y eso afectaba bastante, y aunque Dave iluminaba con la linterna que solía guardar en mi escritorio, era muy poca luz, y no encontramos nada. Agotado y un tanto desilusionado, me retiré de mi armario, y me fui a dormir. Me acosté en la cama y Dave se recostó a mi lado, ésta vez, ya no me asustaba tanto. –¿Puedo tomar tu mano? –me preguntó con un tanto de pena que se notaba en su voz que se dejaba venir. –No –contesté manteniendo aún el miedo que Dave no fuera un ser humano real. Se dio media vuelta y se acostó viendo hacia el armario, mientras yo miraba la ventana. Dormimos de espaldas. Aunque ahora estoy seguro, que esa noche, él no durmió de la pena y vergüenza que había pasado al pedir mi mano. Y quizás aún, de la tristeza al escuchar mi negación. Además, ¿para qué el querría dormir? A penas y llevaba unas cuantas horas despierto. Prácticamente su vida era nocturna, pero aún así, pasó la noche conmigo, porque creo que vivía por y para mi.

6:00 de la mañana y la alarma empezaba a sonar, yo refunfuñando me senté en mi cama y en cuestión de segundos recordé la noche anterior –¡DAVE! –grité y volteé a observar para ver si aún seguía a mi lado. Pero tal sujeto no existía, ahora solo había un espacio vacío en mi cama, aunque sí había rastros que alguien había dormido conmigo, o quizás yo mismo moví las sabanas de toda mi cama.

-Cielo –mencionaba aquella señora extremadamente afeminada con su tic en los ojos –buenos días. –y me zampaba un beso en la mejilla derecha dejando marcado el beso con su labial rojo en mi cachete.
Pasaron las horas de trabajo y a las diez de la mañana Carmen me pidió que fuera a dejar algunas facturas al tercer nivel, era mi primera oportunidad en el día. ¡El blanco esperaba! Salí disparado, y al subir las gradas, el policía nuevamente pitó para que fuera con precaución en las gradas eléctricas. Estando en el segundo nivel mi cuello parecía el de una jirafa intentando buscar a Andrés, pero no lo ví. Decidí subir al tercer nivel a dar las facturas que querían. El almacén en el que trabajaba era algo grande, es decir, ocupaba los tres niveles del centro comercial y casi una quinta o sexta parte del comercial. Mientras pasaba por el sector de mujeres y veía los maniquís casi desnudos mostrando calzones, tangas, y bracieres iba pensando en cómo iba a saludar a Andrés. Listo, ahora estaba en caja entregando facturas cuando escuché por delante de mi –¡Hola Diego! -mientras una chica algo regordeta cuatro ojos se colocaba frente a mi con una sonrisa patética –¡oh! ¡Amanda! –mencioné con una sonrisa algo hipócrita –¡Qué humor! –se escuchó una ronca voz a mi lado y mi nalga izquierda se topó con la nalga de otra tipa que las chocaba en forma de saludo, era Stephanie, que bien y podría ser el antónimo de Amanda. Con su pelo recogido hacia atrás rubio falso, tez blanca, pirsing en su ceja depilada izquierda, nariz algo quebradiza y larga, delgados labios, esbelto cuerpo, y gigantesco trasero llamaba a los hombres como carne fresca al perro. Stephanie, pareciera ser la mujer perfecta, muchos andan tras de ella, pero a ella le gusta lo imposible, ¡Exacto! ¡Ese soy yo! No ha intentado nada serio conmigo, pero sus hormonas están alborotadas, y aunque es una chica fácil, no quisiera aprovecharme de ella, después de todo, muy linda y muy todo, pero no es lo que busco. Siempre gracias. –¿y a qué viene este niño precioso? –me preguntó con su ronca voz, otra cosa que a los hombres enloquece –vine a dejar a Amanda unas facturas que mandó Carmen. –y sonreí sinceramente –¿Mucho trabajo eh? –agregué al verla cargando más de una docena de calzones de todas tallas, colores y estilos. Y a esto contestó –las mujeres son un estrés, ¡Somos tan desordenadas! ¡Hace 20 minutos fui y ordene el área de calzones! –y abría los ojos torciendo las cejas como diciendo: “¡Por favor! ¡No me estresen!” y mencionando que me imaginaba el horror que sería trabajar con mujeres sonreí y me fui despidiendo. –¿Y mi beso? –preguntó su deliciosa voz y estiró el cuello para que besara una de sus mejillas y yo se lo di con gusto. –no me diste el de saludo –agregó después estirando nuevamente el cuello, pero ésta vez cambiando a la mejilla izquierda. Nuevamente entregué uno de mis besos y reí con ella, y luego me despedí de las dos guiñándoles el ojo. Bajé las gradas y ésta vez sí tendría que ver a Andrés, ahí estaba nuevamente en un pasillo de juguetes etiquetando precios a cajas de juguetes. Fui hacia un rincón en donde se encontraban unos títeres y tomé uno de King Kong, aquel monstruoso títere que se había estado vendiendo como pan caliente hace algunos meses. Me lo coloqué y por las espaldas con una voz de monstruo dije: “¡An-dréeees!” e hice como si mordía su cuello y él asustándose un poco se volteó y tiró su cabeza para atrás mientras reía un poco de mis estupideces. –¡Diego! –dijo entre risas y dándome un puñetazo en el brazo y quitándome el títere. –¡Deja eso ahí! Vi cuando un niño introdujo su mano después de rascarse el trasero –y rió un poco más mostrando sus enormes dientes y yo solté rápido el King Kong que ahora sí parecía tenebroso. – ¿ves lo que me gano por venir a saludarte? –pregunté con mis ojos entrecerrados para coquetearle un poco. Y él asintió, luego recosté mi codo sobre una estantería y recordé –me parece que alguien tiene una cita hoy –y sonreí y él haciendo como si no lo recordara o mejor dicho, como si no supiera de qué estaba hablando me ignoró y yo levantando el King Kong lo observé fijo y le pregunté al títere –¿Quedamos en una cita hoy cierto? –y el títere me asentía gustosa y exageradamente –¿ves? –agregué y él levantando sus dos cejas felicitó –bueno, pues… ¡Qué bien! Espero que se diviertan. ¿Les habían dicho que hacen buena pareja? Porque por si no lo habían hecho… -y frunció su ceño en señal de formalidad –realmente, me sorprenden, hacen muy buena pareja –y extendió sus brazos para unir la cabeza de King Kong con mi cabeza como si fuésemos pareja. Y yo un tanto boquiabierto agregué –me parece que estaríamos mejor en un trío. –y King Kong asintió nuevamente con su feo rostro plástico. Y Andrés sonriendo nos vio y comentó que siempre en un trío había un favorito y con su mano sobando al títere hizo como si me despreciaba pero luego metió su mano dentro del peludo muñeco y la unió con la mía, y entrelazando los dedos dentro del títere me preguntó –¿Y si King Kong se ofende? –y ambos empezamos a reír. –Creo que no lo va a hacer –afirmé mientras observaba sus enormes y lindos ojos de pestañas largas volteadas. Luego escuchamos las voces de unos niños venir y los dos sacamos las manos del peludo títere. Me empecé a retirar cuando él mencionó –te lavas las manos –y yo con mis ojos abiertotes comenté que desearía no hacerlo y él con una voz de mando dijo –¡Lo haces! –y me señaló con su dedo índice amenazador.

Salí disparado al primer nivel y Alicia ya me estaba esperando con unos ojos saltones y los brazos en sus cinturas –¡Diego! ¡Gracias al cielo! ¡Creí que nunca bajarías! ¡No encuentro los frascos de Paris Hilton y los quieren para ya! –y rápidamente salí casi disparado a buscar los frascos que me pedían. Es increíble, pero cuando uno quiere que el día se pase rápido, pareciera que las horas fueran a paso de tortuga, tuve que esperar demasiado para lograr escuchar la voz de Andrés decir –voy a mi casa a cambiarme, no quiero estar con el uniforme, y luego voy a tu casa, ¿te parece? –y cuando eso sucedió estaba casi saltando de la emoción, aunque realmente por fuera nadie lo notó. Esa noche salí disparado a medio arreglar la casa, recuerden que estaba solo, y yo solo, soy casi un desastre, cuando entré el carro a la casa, todo parecía estar normal, pero al abrir la puerta y llegar al comedor las luces se encendieron solitas y fue ahí donde lo ví, era Dave gritando –¡SORPRESA! –y miles de papelitos salían volados como pica pica y él saltaba de un lado a otro. La gran sorpresa era que ésta vez, el sándwich que me había preparado, era real, y no de caricatura. –no fue nada fácil –dijo Dave redondeando sus ojos mágicamente –tu comida pesa demasiado, y además Max se portó mal, y tuve que darle un paquete entero de jamón para que se quedara entretenido en el patio de atrás, ¡pero lo logré! –y yo boquiabierto y sin creerlo grité –¿¡Le diste un paquete entero de jamón!? –y él sonriendo y sobando su nuca con la mano se disculpó y afirmó que sería la única forma en la que Max se largaría de la cocina. De cualquier forma, no había tiempo, Andrés estaría por llegar en poco tiempo a mi casa, no me había cambiado de ropa, miles de papeles estaban tirados por todas partes, había un sándwich sobre la mesa, un chihuahua hartándose de jamón en el patio trasero, un animé de papel tamaño real que hablaba y se movía como si estuviese vivo que ya no estaba seguro si era o no era producto de mi imaginación, y recordemos: tal película de terror…no existe. ¡Genial!

5 comentarios:

Joel M. dijo...

Mmm pues en este episodio no pasa mucho la verdad... Honestamente creo que fue un filler nada más jaja, le doy un 5 :( ...Ahh ya te imagino haciendo tus ojitos hacia arriba y despues dandoles una vuelta, o simplemente levantando la cejita y pensando "--ah va", jaja. Ni modo man, pero eso no quiere decir que la historia vaya mal, si hacés cuentas en promedio lleva 6.8, aproximándolo a 7 jaja. Siga echándole ganas man!!

Anónimo dijo...

hola!!!!!!!!!! al fin vdd... pues hoy que tengo un poquito de tiempo quiero decirte que me gusta mucho la historia, creo que sos super pilas y siempre nos dejas en suspenso, creo que es genial....!!!

karina dijo...

a mi me parece bien, pero me pareceria que poniendole mas accion y suspenso seria mas interesante, eres bueno para escribir se que quedara bien, bueno suerte con el dave jiji sigue escribiendo

Anónimo dijo...

Arturito!!!!!!! al fin te puedo poner un comentario, Bueno, como te dije anteriormente esta historia esta bien
deahuevo Vos, pero... me parece conocida, mas el principio jajajaja, xq sera? jajaja, ok, segui asi Vos, xq tenes un GRAN TALENTO! explotalo al maximo... TQM, BENDICIONES!!!!!
ps, soy Damaris (amarilis) jajajajajajaja

Anónimo dijo...

Hola turix!! sorry por escribir como miles de años despues pero no me habia dado tiempo de leer este sip.. comento el principio estuvo algo tedioso, me aburrio un cachis y ps ya el final estuvo buenisimo, lo dejas siempre en suspenso, ah porcierto me encanto la parte del "king Kong"... suerte con el proximo Bye.. xoxo Atte: Ari-Ben